lunes, 22 de julio de 2013

Diez tradiciones que te puedes saltar



Cuando se habla de bodas, casi todo el mundo cuenta con una serie de tradiciones y costumbres que son inalterables. Sin embargo y, cada vez más, es habitual encontrarnos con parejas que introducen nuevos estilos que chocan con la forma tradicional de celebración y cuyo éxito está asegurado. En algunas cosas se puede apostar por la originalidad sin que el resultado final se vea afectado. Arriésgate y prueba a saltarte algunas tradiciones que, seguro, serán recordadas por tus invitados durante mucho tiempo. Rompe con las reglas de la antigua escuela y prueba con las tuyas propias. Aquí tienes algunas ideas.


  1. El vestido de novia ha de ser blanco. Incluso aunque seas una novia tradicional, ¿no estás algo cansada de ver vestidos maravillosos pero siempre blancos? Introduce color en tu boda. Apuesta por colores que siempre están de moda, como el verde agua o el rosa. El color maquillaje es el nuevo blanco. Está más de moda que nunca, y favorece a morenas y rubias por igual. Si el rojo te parece demasiado atrevido, prueba con el burdeos o con un fucsia un tono más suave. Haz saber a tus amigas que no llevarás el blanco para que ellas sí utilicen este color si así lo desean. Cuando el resto de invitados vean a tus amigas todas de blanco, seguro que hay desconcierto y sorpresa. Por no hablar de cuando te vean a ti!! 
  2. La novia siempre lleva velo. Nada más lejos de la verdad. Con los tocados, flores, tiaras y todo tipo de adornos que existen actualmente, el velo cada vez tiene menos cabida. Especialmente si la boda es civil, apuesta por adornos en función del tipo de boda. Si la boda es en el campo, hazte una trenza con una flor grande. Si la boda es clásica utiliza una tiara como si fueras una princesa y si quieres emular los felices años veinte al más puro estilo flapper, utiliza un tocado con rejilla o incluso plumas y perlas. Inspírate en el film El gran Gatsby y juega con los diferentes outfits. 
  3. La ceremonia no puede personalizarse. Tanto si se trata de una ceremonia religiosa como civil, ésta será más emotiva si le dais un toque personal. En el caso de ceremonia religiosa, debéis preparar, junto al sacerdote la homilía y las lecturas. Id a verle varias veces, charlad con él y mirad en qué medida podéis elegir la música y el estilo de ceremonia. En el caso de las ceremonias civiles, éstas se preparan desde el primer momento junto al juez de paz elegido. Se personalizan al máximo y preparáis las intervenciones juntos. De esta forma, como ya os conocéis y os habéis visto en varias ocasiones, durante la ceremonia estaréis totalmente relajados. 
  4. Ir hacia el altar o la mesa del oficiante con música clásica. Aunque no te imagines dirigiéndote al altar con otro tipo de música, la realidad es que puedes elegir tus propios temas. Lo importante es que sean piezas que sean importantes para vosotros y que representen los momentos más felices de vuestro noviazgo, que tengan sentido para los dos. En la ceremonia religiosa se pueden interpretar temas ligeros pero no necesariamente música sacra. Prueba con música de películas (ej. La Misión o Memorias de Africa), incluso con temas de los Beatles interpretados con el piano. En cuanto a la ceremonia civil, cualquier tema vale. No te cierres a los temas de siempre, ya están trillados. 
  5. No puedes ver al novio hasta la ceremonia. ¿Por qué no cambiar el protocolo? Prueba a quedar con el fotógrafo y tu novio una hora antes de la ceremonia. Podéis haceros fotos en un lugar bonito, acudir juntos a la ceremonia y, después, al tener ya esas fotos, podéis disfrutar del cóctel con vuestros invitados. Original y práctico. 
  6. A la salida de la ceremonia tiene que haber una lluvia de arroz. Aparte de que, en muchas iglesias, no está permitido, es incómodo, no muy estético y, si es de color, destiñe. Para que vuestros invitados tengan algo que lanzar, monta una barra de lanzamiento al estilo de las tossing tables americanas, con diferentes opciones, confeti, pétalos, y unos cucuruchos para que cada uno se sirva y el lanzamiento sea inofensivo. 
  7. La cena ha de ser con todos sentados. Despierta!! Quién quiere estar dos o tres horas sentado en el mismo sitio sin poder moverse? Organiza cócteles reforzados, con alguna barra de apoyo (arroces, ensaladas, hot dogs…) donde se come igual, sólo que permite muchísima más variedad y, lo más importante, es muy divertido porque los novios podéis estar con todos los invitados, y permite una movilidad y una interacción que, sentados, es imposible. 
  8. El cóctel siempre va después de la ceremonia. Si te apetece algo diferente, puedes organizar una barra con cava antes de entrar en la iglesia para que cada invitado se sirva. Si prefieres una opción más ligera, puedes organizar cócteles granizados o té helado que son fresquitos para el verano y preparan el cuerpo. Adelanta la fiesta incluso antes de la ceremonia. Original y refrescante. 
  9. Tu padre es quien debe llevarte al altar. Estar escoltada por tu padre es un momento emocionante para ambos, pero no es la única opción. Para algunas novias que han perdido a sus padres o con quienes no tienen buena relación, siempre hay alternativas. Si es tu caso, prueba a ir del brazo de tu madre, de tu hermano o de un amigo íntimo. Según sea tu circunstancia, no te cierres a posibilidades infinitas que te pueden hacer más feliz y con las que te sentirás más cómoda. 
  10. El intercambio de votos ha de ser tradicional. No hay nada malo en repetir los votos tal como han hecho nuestros padres antes, nuestros amigos, y prácticamente toda la población occidental. Pero está ya tan manido…. Olvida la estructura tradicional e innova con un poema, una canción o unos votos personalizados. Prueba a escribir todo lo que te hace sentir tu futuro marido y por qué te casas con él y transmite todos tus sentimientos en unos votos propios y verás que no queda un ojo seco en la ceremonia.